Últimamente he debatido en varias ocasiones, y con colegas diferentes, sobre los beneficios de cambiar de vida. Mientras que algunos terapeutas creen que eso es huir del problema y no ven la solución en ello, otros pensamos que puede ser lo que la persona necesita y, por lo tanto, lo más recomendable.
Existe la opinión A, llamémosla “Raíces” y la opinión B, que es la mía, y podemos llamarla “Aire Nuevo”. Ambas están avaladas por estudios y al mismo tiempo son rebatidas por diferentes expertos porque la realidad es que a cada persona le viene bien una cosa diferente y lo que a uno beneficia, a otro puede perjudicarle.
Mi experiencia
Hace unos meses di de alta a una paciente que llevaba conmigo casi dos años de tratamiento y terapias. Perdió a su hijo y a su marido hace tres años en un accidente de coche y, desde entonces, no levantaba cabeza. Es una mujer de 38 años que aparenta 58 y que había perdido el empleo a causa del número de veces que había faltado en estos últimos años porque no tenía fuerzas para levantarse de la cama. Había meses que mejoraba mucho y, de manera generalizada, estaba mucho mejor que al principio, pero la realidad es que no terminaba nunca de estar bien.
Nosotros, como terapeutas, tampoco pretendemos que olvide el dolor que esas pérdidas le causan ni mucho menos, pero sí queremos que aprenda a sobrellevarlas y a seguir adelante. Al final, siguiendo los consejos de otro colega, le propuse iniciar una vida nueva lejos de aquello que le hacía daño y le recordaba a ellos, le recomendé que se mudara de vivienda, si era necesario de ciudad, que buscara un empleo nuevo e iniciara una nueva vida. Esto le permitiría alejarse del dolor aunque jamás se deshiciera de él totalmente.
Siempre había soñado con vivir en la costa y ver el mar todos los días así que lo primero que hizo fue buscar empleo en varias ciudades costeras como Barcelona, Valencia, Alicante, Almería, etc. Hizo varias entrevistas, a las que tuvo que desplazarse, y la llamaron de dos sitios diferentes para empezar a trabajar. Aceptó el empleo que le propusieron en Torrevieja y confió en Azul Hogar, una de las mejores inmobiliarias de Torrevieja, Alicante para que le buscaran un hogar en el que poder ver el mar cada día. Lo consiguió, cambió de vida, y le di el alta justo antes de marcharse.
Una compañera de profesión le hace un seguimiento actualmente desde allí y me enorgullece recibir e-mails sobre su estado cada mes. Es maravilloso, parece una persona totalmente diferente.
Cambiar de aires puede parecer una huida para algunos, de cobardes incluso, pero yo no lo veo así. Los que somos de la opinión “Aire Nuevo” creemos que, en algunos casos, alejarse de aquello que te hace daño es lo más valiente que puedes hacer aunque, para ello, tengas que alejarte también de lo que conoces. Hay que ser muy valiente para hacer eso, hay que tener muchas agallas. Y no estoy animando a todo el mundo para que haga algo similar, a veces afrontar los problemas están bien, sobre todo cuando esos problemas tienen solución, ahora bien, cuando no la hay, a veces es mejor llenar una maleta y buscar un lugar nuevo donde iniciar una nueva vida.