Llevamos años oyendo hablar de ella, pero en la mayoría de las ocasiones siempre en tono jocoso o relacionado con experiencias extrañas mientras que la realidad puede ser muy diferente. La hipnosis es un estado mental al que se puede inducir a una persona (siempre bajo manos expertas) con el fin de conseguir fines terapéuticos y, por ende, hablamos de una terapia y no de un juego misterioso o de un espectáculo de feria.
Con la hipnosis, por mucho que intenten marearnos, no vamos a hacer nada que no queramos hacer, ni vamos a regresar a supuestas vidas pasadas, ni vamos a experimentar sensaciones extrañas, al menos no de manera real. Lo que sí puede pasar es que nuestro nivel de sugestión sea tan alto que acabemos creyendo lo que nos dicen, o sintiendo lo que nos cuentan, pero eso bien podría pasar también en cualquier otra situación.
Sin embargo, la hipnoterapia puede ser el tratamiento idóneo para ciertas personas en momentos concretos de su vida. En Hipnosis Creativa, uno de los centros más reconocidos a nivel nacional, han ayudado a cientos de pacientes a dejar de fumar, a superar fobias e incluso a adelgazar, y siempre bajo un prisma médico-científico y nunca bajo la idea de que con hipnosis se puede conseguir casi cualquier cosa. No obstante, debemos asegurarnos de dejar nuestro tratamiento en manos de especialistas y nunca en manos de “charlatanes” que, desgraciadamente encontramos a menudo en este sector.
Hipnosis clínica
La hipnosis está llena de mitos y a diferencia de lo que se conoce aún, los profesionales del área, en palabras de Schilling lo que hacen “es terapia para entender los patrones y revertir la problemática”. Con ella podemos tratar fobias, crisis de pánico, depresión, miedos y dolores crónicos que no tienen un origen fisiológico entre otras patologías.
Existen algunos estudios en los que aseguran que la hipnoterapía es más efectiva que las terapias de remplazo de nicotina para dejar de fumar, como pueden ser los parches o los chicles de mascar, pero como en la mayoría de cosas que no están generalizadas hay opiniones de todo tipo y, aunque parece ser que la hipnosis podría ser un tratamiento eficaz, no hay evidencia significativa de que se den mejores resultados con la hipnoterapia que con otros tratamientos según muchos expertos.
Sin embargo, hay un sector en el que los resultados suelen ser tan demoledores que casi nadie suele dudar de su eficacia: hablamos de la hipnosis como terapia contra el dolor.
Saunque siempre hay excepciones, generalmente muchas personas pueden servirse de esta terapia para paliar o aliviar su sensación de dolor. El objetivo final de este procedimiento terapéutico es mejorar el dolor o hacer que desaparezca y, en este sentido, es el propio paciente el que debe aprender la autohipnosis para ponerla en práctica a la hora de controlar ese dolor. Lo que se busca es modificar las dimensiones del dolor para que se perciba la sensación de dolor de manera distinta y, en vez de notar una sensación de quemazón muy fuerte, por ejemplo, que el paciente la note más suave; o en lugar de sentir calor, note frescor; o incluso, que disminuya la extensión de ese dolor. Además, se puede conseguir, junto con el paciente, modificar la reacción emocional respecto a ese dolor. Las personas se pueden desesperar mucho al percibir el dolor y esto empeorará su efecto. Sin embargo, con la hipnosis se pueden mantener más tranquilos, y a la larga se conseguirá un efecto terapéutico que mejorará el dolor.
La sugestión es la clave
La sugestión es la clave que se trabaja para que una determinada idea modifique una percepción o experiencia del paciente con dolor. Se trata de una idea que se transmite al paciente para que éste la sienta como tal, para que el paciente tenga una reacción lógica a esa idea que el hipnólogo le transmite. Con la hipnosis se trabaja una determinada idea con el objetivo final de modificar la percepción del dolor, pero debe ser el propio paciente el que quiera “creérsela” y aplicarla o, de los contrario, por mucho que el profesional intente hacerle creer que el dolor que siente es inferior, el paciente seguirá sintiendo lo mismo que antes de empezar con el tratamiento, por eso la clave de todo esto es la sugestión.