En la profesión de abogado, tanto la psicología como las emociones son algo importante. Los abogados por lo general, tienen que lidiar con una labor profesional en la que suele haber asuntos que suelen ser importantes y delicados para muchas personas, lo que hace que muchas veces los clientes no vivan el mejor de sus momentos en lo personal, y de ello debe hacerse cargo en la medida de lo posible el abogado.
Todo esto hace que a nivel emocional sea realmente importante que los abogados cuenten con una buena formación respecto a todo esto.
El trabajo para el abogado
En los campos en los que es importante la responsabilidad del abogado, por lo general tiene que definir y ejecutar una buena estrategia de defensa y también estar atento a la hora de dar voz a los clientes. Todo ello hace que el abogado deba ser consciente de que tiene que ser un enlace entre el cliente y la justicia.
Por todo ello, los abogados tienen que estar atentos a la hora de contar con un buen enfoque desde el punto de vista psicológico a la hora de medir muy bien las percepciones que tengan los clientes para saber lo que ellos quieren expresar y la forma en la que lo hacen. Si se cuenta con un enfoque de mayor o menor acierto, va a ser posible suavizar el sufrimiento existente después de una derrota, o se podrá avivar el posible resentimiento que aparezca después de haber ganado el caso.
Cada caso, un mundo
No debe extrañarnos que al abogado se le puedan presentar situaciones variopintas en las que debe estar preparado en lo legal y psicológico para poder trabajar como es debido. En ocasiones tendrá que lidiar con situaciones realmente dramáticas. Un buen porcentaje de ellas suelen tener en común que se maneja material altamente sensible, donde hay posiciones de lo más enquistadas y donde el miedo es importante.
Debido a estas razones, los abogados pueden llegar a tener que hacer un esfuerzo extra a la hora de asimilar el problema y los rechazos que solemos mostrar de alguna forma todos ante algo que puede preocuparnos.
Por lo general, el abogado no solía interesarse por entrar en casos nuevos desde una perspectiva psicológica, y cuando prestaba atención a la esfera emocional de un problema de carácter jurídico, las aproximaciones las hacía intuitivamente o partiendo de la experiencia.
Hay que ser conscientes de que siempre habrá profesionales que serán competentes y que sin realmente saberlo, aplicarán técnicas psicológicas de lo más avanzadas a la hora de hacer su labor profesional. Una forma en la que conseguirán defender de la mejor manera los derechos que tengan sus clientes.
La eficacia consciente
En la realidad que vivimos, expertos en abogacía como Gap Abogados no dudan en intentar dejar claro lo importante que es a la hora de hacer una buena labor de abogado, no solo poner sobre la mesa del juez la defensa del cliente, un trabajo que de por sí mismo tiene ya una alta carga a nivel psicológico, pues muchos entendemos que para hacerlo honestamente hay que querer conocer realmente cuál es la verdad que se esconde detrás de cada situación en concreto, pues cuando se tiene una visión completa del problema, podemos actuar libre de los condicionamientos que pueden hacer perder la objetividad y el caso judicial. Un buen enfoque psicológico es el que puede hacer que se llegue a la verdad de la mejor forma, reconociendo las pruebas que pueden avalar y que aumenten las posibilidades de que se venza en el litigio en cuestión.
Es evidente que el abogado tiene mucho mérito en la gestión que desempeña siendo el único operador jurídico que tiene contacto con todos los sujetos que están en el proceso y que cada uno tiene su propio universo en cuanto a las motivaciones, condicionamientos y demás particularidades en lo social y en lo cultural, todas totalmente respetable, pero muchas veces bastante distanciadas, por lo que el tener el apoyo en diversas técnicas psicológicas es de gran ayuda.
Uso de la psicología
Todo esto hace que, actualmente, el uso sano de la abogacía hace que merezca la pena poder ir profundizando a la hora de conocer y desarrollar los variados instrumentos con los que cuenta la psicología, caso de desarrollar la empatía, gestionar las emociones, reforzarlas y persuadirlas, así como comunicarse más auténticamente o escuchar de una manera mucho más activa.
Todas estas habilidades son de importante ayuda a la hora de conseguir logros de importancia, que pueden ir desde la forma en la que un interrogatorio sea de gran eficacia, hasta la exposición de manera acertada de un alegato.
Adquiere gran importancia el mantener una buena comunicación con los clientes o con el resto de personas que intervengan en el litio, de forma que se eviten altercados innecesarios y dar soluciones alternativas negociando.
Hasta en el ámbito personal del abogado, conocer las técnicas psicológicas es de gran valor cuando se quiere aprender a tomar la debida distancia emocional con el propio despacho y para conciliar el trabajo con nuestra vida familiar, estableciendo las prioridades vitales, así como asumir de forma ecuánime, tanto los éxitos como los fracasos.
La psicología, un arma de lo más útil
Como estás pudiendo leer, la verdad es que la psicología es de gran utilidad en esta profesión, aunque no haya asignaturas como tal en la carrera que hablen de ella, pero en la práctica, todo profesional de la abogacía tiene que poner en liza todos sus conocimientos y adquirir nuevos en una profesión donde hay que estar muy a menudo con circunstancias donde el ser humano no suele verse y que son nuevas o bastante complejas.
Así que si eres abogado y me estás leyendo, no dudes es formarte o en leer mucho sobre la psicología lo que puede llegar a ser de utilidad a la hora de entender y servir de gran herramienta para poder resolver multitud de problemas que pueden suceder a los individuos en su relación con la sociedad, de ello dependen las soluciones y el sobrellevar mejor muchas circunstancias que demandan un mejor conocimiento de la mente humana y su comportamiento.