El nacimiento de un hijo o una hija es uno de los momentos más importantes, pero la maternidad supone un gran cambio en muchos aspectos.
Para evitar inseguridades se recomienda
realizar un curso de preparación al parto, porque tanto la madre como su pareja estarán más tranquilos.
Durante el embarazo, la futura mamá puede realizar ejercicio fisico para preparar determinados músculos para el parto y evitar el sobrepeso.
Varios estudios han comprobado que las mujeres más activas suelen sufrir menos insomnio, estrés, ansiedad y depresión. Además, el ejercicio físico ayuda a disminuir la duración del parto y la recuperación postparto es más sencilla.
Los expertos aconsejan hacer ejercicio de 20 a 30 minutos todos los días, pero si no es posible cada día, se recomienda una práctica regular de dos a tres días a la semana durante 30-40 minutos.
La embarazada puede caminar a paso ligero, pero debe andar terrenos planos para que no pierda el equilibrio.
También puede practicar yoga porque reduce los síntomas depresivos, disminuye los dolores de espalda, mejora la calidad del sueño, mejora la función inmunológica y disminuye las náuseas.
Otro deporte que puede realizar es la natación, por lo que la futura mamá puede nadar treinta minutos. La postura recomendada es la de nado tipo mariposa boca abajo, pero también se puede practicar el nado a espalda, a crol y a braza.
Antes de practicar cualquier deporte durante el embarazo es aconsejable consultarlo con el ginecólogo o el médico de cabecera.
Sólo en algunos casos, el ginecólogo recomienda no realizar ninguna actividad física.
Por ejemplo, si la embarazada sufre problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, embarazo múltiple, abortos previos o rotura prematura de membranas.
Es muy importante seguir un estilo de vida saludable durante el embarazo. En estos meses la embarazada no puede tomar pez espada, tiburón, atún rojo, lucio y cabezas de marisco. Estos alimentos tienen mercurio y cadmio.
No son aconsejables las bebidas azucaradas ni las que contienen gas o sustancias estimulantes, como el café o el té. Tampoco puede tomar alimentos con altos niveles de plomo como la liebre, la perdiz, el ciervo o el jabalí.
Debe evitar el alcohol porque puede afectar al correcto desarrollo del feto. Los expertos explican que hay que evitar los siguientes alimentos: carpaccio, sushi, embutidos crudos o poco curados, huevos crudos, patés de línea fría y pescado ahumado refrigerado.
La maternidad es una experiencia maravillosa, pero también es muy época con muchos cambios. En algún momento puedes sentir que la maternidad te sobrepasa o no vas a poder con ella, mientras que crees que las otras madres lo llevan mejor que tú.
Pero, cada maternidad es distinta y no debe haber comparaciones. Muchas mujeres no quieren separarse de sus hijos, porque creen que no van a estar cuidados con otras personas o creen que si lo hacen no son buenas madres.
No tienes que estar veinticuatro horas al día con el bebé, ya que no debes renunciar a tus hobbies, amistades, carrera profesional…
Es importante buscar apoyo en la familia, en amigos y en tu pareja. Hay que aprender a delegar tareas con el otro progenitor y con otras personas que formen parte del cuidado de tu hijo.
El periódico digital Okdiario explica que «la sociedad ha cambiado y debemos pensar que el bebé no es solo asunto de la madre, sino que también los es de la pareja, por lo que a lo largo de los nueve meses de embarazo, ambas partes deben pensar en cómo gestionar la llegada del bebé, cómo organizarse. Y luego, una vez que nace el bebé, se maneja en conjunto, de manera compatible con los horarios de todos».
«Hay que mantener la mente positiva, este es el factor principal para afrontar cualquier reto, y en el caso de la maternidad, con más motivo» dice la profesional de la salud Deanna Marie Mason.
«Mantener la cabeza fría y las ideas claras ayudará a reducir los nervios tanto de la espera como de lo venidero y es que creer que las cosas irán bien realmente ayuda a que todo fluya mejor», añade la experta.
La maternidad puede generar inseguridad, por eso algunos futuros padres o madres acuden a un centro de psicología, ya que necesitan apoyo externo.
En este centro los padres pueden preguntar sobre el embarazo, la preparación para la lactancia, la falta de recursos para afrontar dificultades, etc.
Los profesionales de Canvis, expertos en psicología clínica, explican que «los beneficios de este tipo de tratamiento son el aumento de la seguridad y confianza en si mismos de los futuros padres, el aumento del conocimiento sobre la parentalidad y la adquisición de herramientas para combatir las situaciones conflictivas venideras».
Si quieres disfrutar del embarazo y la maternidad confía en los profesionales, ya que ellos resolverán tus dudas.