El amor es algo muy bonito; sin embargo, antes de dar el paso de casarse, es importante estar muy bien informado. El matrimonio es una de las decisiones más importantes que puedes tomar en la vida, ya que no sólo sella el amor de dos personas para toda la vida, sino que también implica decisiones y responsabilidades legales que pueden afectar a los miembros de la pajera de diferentes maneras; el verdadero problema ocurre cuando esta decisión se toma antes de tiempo.
Casarse a una edad temprana, especialmente al poco de cumplir los 16, puede traer graves consecuencias.
Primero conozcamos la edad mínima para casarse: ¿Por qué 16 años?
La edad mínima para casarse en nuestro país no es nada más ni nada menos que 16 años.
A la mayoría de las personas le parece una edad inapropiada para ello, ya que consideran a esta edad los jóvenes no han alcanzado la madurez emocional y psicológica necesaria para tomar una decisión tan significativa como el matrimonio. A los 16, los adolescentes están aún en una etapa en la cual su capacidad para manejar responsabilidades a largo plazo y tomar decisiones adecuadas, está todavía en desarrollo; además, casarse a una edad tan temprana puede interrumpir su educación y limitar las oportunidades de empleo que puedan surgir en el futuro.
Desde hace bastante, existe una gran preocupación sobre matrimonios forzados o fraudulentos, en los que los jóvenes pueden verse presionados a contraer matrimonio sin estar realmente preparados. En comparación con otros países europeos, en los que la edad mínima suele ser de 18 años, España sin duda se encuentra en una posición menos responsable con la sociedad.
Los peligros de casarse demasiado joven.
Se ha demostrado que el cerebro de un adolescente y su responsabilidad emocional no están lo suficientemente desarrollados como para tomar esta gran decisión en sus vidas.
Hacerlo, puede traer problemas como:
- Inestabilidad emocional.
La juventud a menudo está acompañada de una alta carga emocional y cambios constantes, por lo que contraer matrimonio durante esta etapa puede afectar a la estabilidad emocional, generando conflictos y tensiones adicionales en el adolescente.
- Presión social y familiar.
Por desgracia, una de las mayores causas de matrimonios tempranos es la presión familiar. Los adolescentes pueden sentirse presionados por sus familias o amigos para tomar decisiones importantes rápidamente. Esto puede dar como resultado un matrimonio basado en su mayoría en expectativas externas antes que en un verdadero compromiso y deseo personal.
- Limitaciones en la carrera y educación.
Como hemos mencionado, la combinación de llevar a cabo las responsabilidades matrimoniales con la de llevar una carrera académica puede ser bastante difícil para muchos adolescentes; encuentran que el matrimonio a una edad temprana limita sus oportunidades educativas y profesionales, generando efectos negativos a largo plazo en su desarrollo personal y profesional.
- Problemas económicos.
Sin lugar a dudas, la gestión económica es una habilidad que a menudo no se desarrolla completamente hasta que se alcanza una mayor madurez. Las parejas jóvenes pueden enfrentarse a dificultades relacionadas con el dinero si no tienen una comprensión sólida de la administración del dinero y la planificación financiera, llevándolos a endeudarse fácilmente o a cometer acciones negativas que afectarán a su economía en un futuro.
- Riesgos de relaciones inmaduras.
La adolescencia es una etapa en la que muchas personas experimentan relaciones románticas y sexuales por primera vez. Casarse durante esta etapa puede significar que una persona aún no ha tenido suficiente tiempo para comprender lo que realmente busca en una pareja y en una relación duradera, lo cual puede generar desengaños amorosos con el tiempo en ambas personas y acabar con el matrimonio fácilmente.
Entonces, ¿a qué edad se está listo para casarse?
Consideramos que, desde luego, ni los 16 ni los pocos años que les siguen son una buena opción para contraer matrimonio en la mayoría de los casos. Existen muchas formas de demostrar el amor hacia tu pareja sin tener que asumir la responsabilidad del matrimonio de forma temprana: vivir juntos, forjar una larga relación, demostrar el interés y la atención común mediante la comunicación y el esfuerzo por forjar un futuro juntos, etc.
Es difícil saber qué edad es la adecuada para casarse, pero siempre tenemos que tener en cuenta que las personas debemos pasar por un largo proceso de desarrollo emocional y profesional antes de poder tomarnos este tipo de responsabilidades con otras personas ajenas a nosotros mismos.
Cuando una persona empieza a trabajar, a saber qué quiere en la vida, y comienza a entenderse a sí misma y a respetar su proceso, puede estar lista para contraer matrimonio. Por supuesto, el desarrollo individual no es el único que juega un papel importante; el desarrollo como pareja también es necesario para tomar este tipo de decisiones.
Una pareja que lleva tiempo amándose, respetándose y que, además, muestra ilusión y esfuerzo diario por hacerse feliz puede sentirse más preparada para dar el paso que una que está empezando.
Consecuencias de una boda fraudulenta.
Ahora bien, ¿Qué sucede si te ves envuelto en una boda fraudulenta? Las bodas fraudulentas tienen serias repercusiones.
Vamos a desglosar las consecuencias:
Consecuencias legales.
- Anulación del matrimonio.
Si se descubre que un matrimonio fue realizado bajo circunstancias fraudulentas, puede ser anulado por las autoridades. Esta anulación implica que el matrimonio se considera nulo desde el principio, como si nunca hubiera existido legalmente.
- Multas y sanciones.
Los involucrados en un matrimonio fraudulento pueden enfrentarse a multas y sanciones legales. Si el matrimonio se realizó con el fin de obtener beneficios como residencia o nacionalidad, las penalidades pueden ser más severas.
- Problemas con la ley.
La persona que presenció y confirmó dicho matrimonio, como un funcionario o un intermediario, puede enfrentar cargos criminales y problemas legales adicionales. Además, participar en un matrimonio fraudulento puede tener consecuencias para futuros trámites legales y para la reputación de las personas involucradas.
- Problemas económicos.
Si el matrimonio se concierta de forma tradicional, los bienes de cada miembro de la pareja se consideran bienes gananciales, lo cual significa que todo lo de uno, es del otro. Si no se realiza separación de bienes, esta decisión puede afectar al futuro de los cónyuges de mala manera.
En matrimonios consolidados y maduros la separación de bienes no suele estar bien percibida, ya que ambos miembros suelen vivir toda la vida juntos sin tener que separar nada; es un “sacrificio” romántico que muchos hacen para demostrar el nivel de amor que sienten hacia la otra persona.
Sin embargo (y por desgracia) si la cosa sale mal en un matrimonio poco preparado, las consecuencias económicas pueden ser desgarradoras: cada miembro de la pareja puede verse extorsionado económicamente por el otro, obligándole a darle parte de sus ganancias para conseguir el divorcio de forma “amistosa” ¡imagínate!
Consecuencias emocionales.
- Confusión y estrés.
Un matrimonio que acaba mal puede causar una gran cantidad de estrés emocional tanto para los involucrados como para sus familias. Además, la revelación de que el matrimonio fue un fracaso puede provocar en la pareja a sentimientos de traición, confusión y angustia; sentimientos que se intensifican aun más en adolescentes debido a la confusión emocional que sienten a menudo.
- Rupturas y conflictos.
La anulación del matrimonio puede conllevar conflictos y disputas sobre la división de bienes, la custodia de hijos (si los hay) y otros aspectos relacionados con la disolución del matrimonio. Estos conflictos pueden ser dolorosos y difíciles de resolver, especialmente si hay desacuerdos entre las partes.
- Impacto en las relaciones futuras.
Un matrimonio fallido puede dejar cicatrices emocionales que afectan futuras relaciones. La desconfianza y el dolor derivados de la experiencia pueden influir en cómo te relacionas con otros en el futuro, dificultando la formación de nuevas relaciones basadas en la confianza y el compromiso genuino.
- Estigma social.
A veces, en algunos lugares las personas involucradas en matrimonios fraudulentos pueden enfrentar estigmatización social. La percepción pública de dicho matrimonio puede ser negativa, afectando a la forma en que estas personas son vistas por su círculo social.
¿Cómo podemos evitar estos problemas?
Para evitar problemas y tomar mejores decisiones sobre el matrimonio, podemos seguir los siguientes consejos:
- Ten siempre a mano la ayuda de un asesor o un abogado.
Sabemos que no es romántico, pero en casos como éste, es totalmente necesario.
Una persona poco preparada debe saber al menos sus derechos y conocer cómo puede obtener ayuda si dicho matrimonio no sale como debiera. En caso de tener que recurrir al divorcio, Abogados y Asesores en Santander nos aconsejan contar con los servicios de un profesional para evitar en la medida de lo posible problemas que afecten al futuro de ambos miembros de la pareja.
- Edúcate y reflexiona sobre el tema.
Antes de casarte, tómate el tiempo para educarte sobre el matrimonio y reflexionar sobre lo que significa para ti. Habla con personas que tengan experiencia y busca asesoramiento profesional si es necesario.
- Habla abiertamente con tu pareja.
Asegúrate de tener conversaciones transparentes y abiertas con tu pareja sobre tus expectativas, metas y preocupaciones; al fin y al cabo, la comunicación clara es clave para una relación saludable y un matrimonio exitoso ¡no lo olvides!
- Considera el tiempo y la estabilidad de vuestra pareja.
Analiza si habéis tenido suficiente tiempo para conoceros y entenderos el uno al otro. La estabilidad en la relación es fundamental para construir un matrimonio sólido.
- Y sobre todo recuerda ¡esperar un poco no es malo!
No sabemos con exactitud las razones que pueden llevarte a contraer matrimonio tan joven; pero sea como sea, queremos recordarte antes de acabar, que esperar no es malo. No te convierte en peor pareja, ni te limita de ninguna forma ¡al revés! Conoceros y daros tiempo enriquece vuestra pareja y os permite entender mejor qué es lo que queréis y cómo podréis conseguirlo. En el amor no se debe correr: se debe disfrutar todo “a cámara lenta” y dar pequeños pasos para que todo salga bien ¡no lo olvides!