Coaching: la mejor manera de cambiar lo que no nos gusta en nuestra vida

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En la vida, no todo es un camino de rosas. Aunque es cierto que existen momentos buenos que pueden ayudarnos a desarrollarnos como personas, no debemos olvidar que también hay momentos malos o muy malos y que en la vida se pierde muchas más veces de las que se gana. Convivir con el fracaso no es una tarea fácil y no es algo que, además, se aprenda de un día para otro. Por ende, está claro que habrá muchas personas que padezcan algún tipo de problema cuando tengan que enfrentarse a una situación así. No todo el mundo está preparado mentalmente para eso.

Uno de esos problemas es la depresión. Sabemos, gracias a la página web del diario La Vanguardia, que existe un total de 280 millones de personas en todo el mundo que sufren depresión por diferentes motivos. Se trata de una población casi 6 veces superior a la que tenemos en España, así que ya podéis ver cuál es la dimensión de un problema que no conoce fronteras y que puede hundirle la vida a la gente. Obtener maneras de salir de ese agujero es una necesidad y cada vez se demanda en una mayor medida el hecho de obtener ayuda en materia psicológica.

Uno de los grupos de población que más está padeciendo este tipo de asuntos son los millennials, ya sabéis, aquellas personas que tienen entre 26 y 40 años y que fueron quienes asistieron en primera persona al desarrollo de Internet y de la tecnología a una edad temprana. Gracias a ello, los millennials soñaron con una mayor prosperidad e impacto social, pero han terminado independizándose mucho más tarde que las generaciones anteriores además de obtener un coche mucho más tarde que esa generación anterior. Esta información fue publicada por la web BBC.com en agosto de 2021.

Os sorprendería conocer la enorme cantidad de personas que consideran que hay cosas en su vida que no funcionan como deberían, que sienten confusión o insatisfacción y a las que, además, les está costando alcanzar algunos de los objetivos que se plantearon en algún momento de sus vidas. Sabemos de la enorme cantidad de gente que se encuentra pensando alguno de estos asuntos debido al crecimiento en la demanda de diferentes programas de coaching. En Life Transition fueron de los primeros en identificar una cuestión como esta.

Encontrar una solución para los problemas de los que estamos hablando es básico para intentar mantener la felicidad. Está claro que no se puede vivir de manera permanente en un estado de depresión o de ansiedad, por lo que la lucha por proporcionar programas y métodos de ayuda debe ser básica desde diferentes planos de la sociedad. Antiguamente, resignarse ante estos asuntos y procurar salir por nosotros y nosotras mismas de ese agujero era lo normal, pero en los tiempos que corren, que son mucho más amables con la proporción de ayuda en este sentido, no hay por qué plegarse ante la depresión. Es un deber combatirla.

Muchos y muchas siguen sin pedir ayuda 

Es verdad que sigue habiendo muchas personas que se encuentran en una situación complicada desde un punto de vista mental o profesional y que no han pedido ayuda para salir del atolladero en ningún momento. Por supuesto, es necesario que os digamos que esta no es la solución idónea. Pedir ayuda debe ser una obligación en este sentido y nos fastidia saber que la gente que no la pide es por el simple hecho de «mantener su orgullo». Queremos ser claros y claras en este sentido: dejad de lado el orgullo si os encontráis en una situación similar a la que hemos descrito. Lo primero es vuestra felicidad y vuestra orientación en la vida. Si para eso necesitáis ayuda, nadie os va a juzgar por solicitarla.

La falta de información es otro de los grandes motivos por los que existe gente que no solicita ayuda. En este ámbito quizá podamos encontrar a personas mayores o que se encuentren en riesgo de pobreza. Se trata de personas que quizá no tengan el acceso a Internet y el dominio en esta materia como para buscar información y ayuda en relación a los problemas que viven.

Hay momentos malos en la vida, todo el mundo los padece pero no todos ni todas los afrontamos de la misma manera ni tenemos las mismas capacidades para superarlos. Por tanto, habrá personas que demanden ayuda para intentar salir hacia delante. No es ninguna humillación que así sea. Debemos seguir luchando por lo que queremos y por ser felices. Nunca es buena idea arrojar la toalla en este sentido porque eso es lo que terminará de hundirnos del todo, de darle la estocada definitiva a nuestra vida. Y no queremos eso, ¿verdad?

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