A veces, cuando nos sentimos mal, lo que necesitamos es un refugio donde evadirnos de nuestros problemas, de lo que nos sucede en el trabajo, de una discusión que hayamos tenido al salir a tomar algo con unos amigos o incluso de un mal rato en casa de nuestros suegros o de nuestros padres. Y no se nos ocurre mejor lugar que nuestra propia casa para tratar de encontrar esa sensación de hogar que nos proteja de todo lo que hay a nuestro alrededor. Pero eso sí, esa casa tiene que ser también un espacio confortable en el que cuidemos todos los detalles para encontrarnos bien, desde la instalación del aire acondicionado, que debemos dejársela a los profesionales de Eficiencia Climática o Eco-Cima, para que nadie nos haga chapuzas, hasta la pintura, que la pueden hacer en Mi Pintor.
Lo que está claro es que no podemos llegar a casa y encontrarnos un panorama que nos ponga más nerviosos, como tenerlo todo sucio o sin recoger o con un calor que sea tan sofocante que haga hasta complicado estar en casa. Y es que no podemos consentir que llegar a casa sea un estrés pensando en todas las cosas que tenemos que hacer, desde limpiar hasta poner lavadoras. Todo lo contrario, si nuestra casa va a ser el refugio a donde huir de todos los problemas y en el que sentirnos a gusto, tiene que ser el espacio más cuidado por nuestra parte. Como os decimos, pintarlo con unos tonos que, según la colorterapia, nos relajen, nos vendrá muy bien a la hora de llegar a casa y estar tranquilos.
La temperatura, como indicábamos al comienzo del artículo es también muy importante. De hecho, se suele decir que una de las consecuencias de la depresión es no dormir bien por las noches, lo que nos hace estar cansados todo el día. Y este es un síntoma que se agrava si además pasamos calor o frío en casa, de forma que no dormimos a gusto ese rato en el que no tenemos pesadillas o queremos descansar en la cama. Por eso os recomendábamos que, ahora que estamos en verano, instalaseis un aparato de aire acondicionado de Eficiencia Climática para no pasar calor. Y si os falta calefacción en invierno, buscar una máquina que os proporcione también ese aire caliente en los días más fríos del año.
La música en casa puede ser otro elemento que nos ayude a relajarnos mientras estamos por allí cocinando o simplemente haciendo labores como planchar o tender la ropa o incluso colocando las cosas que nos hemos traído del supermercado al hacer la compra. No se trata de poner los temas que más nos gusten, si es el caso de heavy metal por ejemplo, sino de dar con temas que tengan un poder relajante sobre nosotros. Aunque en un principio nos cueste adaptarnos, la música clásica es muy buena para esto, así como las bandas sonoras de las películas, ya que suelen tener mucho contenido de carácter instrumental.
El hogar es también el espacio para las aficiones
Nuestra casa tiene que ser también ese lugar al que deseemos llegar para poner en práctica aquellos hobbies que nos hacen desconectar de todo y descansar la cabeza de esas cosas que nos preocupan o nos estresan. Es ese espacio en el que poder disfrutar de nuestras aficiones. En un ambiente relajado, la lectura puede ser una muy buena forma de desconectar, viviendo otras historias en otros mundos imaginarios. Los puzles, si tenemos paciencia, nos hacen concentrarnos de forma que no pensamos mucho en lo demás. Asimismo, las manualidades como tejer, donde vamos contando los puntos que hacemos, o el ganchillo nos mantienen también ocupados y sin pensar en lo que nos preocupa, evadiéndonos de todo y convirtiendo nuestra casa en ese refugio al que acudir para ser felices y protegernos de lo que nos hiere.