Cuando a un familiar o alguien cercano a nosotros se le diagnostica síndrome confusional agudo, ¿sabemos realmente qué es?, ¿sabemos qué nos están diciendo? Intentaremos poner un poco de luz tras estas palabras.
El síndrome confusional agudo (SCA) o Delírium es un trastorno de la atención y una alteración del estado mental y de la conciencia que aparece en poco tiempo, generalmente en horas o pocos días, y cuya gravedad fluctúa a lo largo del día, siendo de mayor intensidad durante la noche. Se acompaña normalmente de importantes cambios en las funciones cognitivas como desorientación temporal, espacial y en persona, alteración del lenguaje, pensamiento desorganizado, deterioro de la memoria, sobre todo de fijación, alteración del ritmo sueño-vigilia, o alteraciones de la percepción como interpretaciones erróneas, estado de agitación extrema, ilusiones o alucinaciones sobre todo visuales, delirios, etc.
El delirium es uno de los síndromes cognitivos que más frecuentemente afecta al paciente anciano y que se agrava con la hospitalización, afectando a un porcentaje situado entre un 15 y un 50 % de las personas hospitalizadas. Es importante señalar que el delírium no es una enfermedad, sino un estado mental anormal, que tiende a durar más tiempo en las personas mayores y que se cura tratando de manera adecuada el trastorno que lo causa.
Las causas que lo producen pueden ser múltiples, entre las cuales se pueden citar las siguientes:
- Deshidratación.
- Consumo o deshabituación de fármacos como opiáceos, sedantes, corticoides, antihistamínicos, etc.
- Intoxicación por sustancias o efectos secundarios de los fármacos.
- Infecciones como neumonía, del tracto urinario, del torrente sanguíneo o septicemia…
- Bajo nivel de oxígeno en sangre, insuficiencia hepática, renal, etc.
- Privación prolongada del sueño.
- Privación sensorial, generalmente causada por un aislamiento social y no tener accesos a gafas o audífonos.
Entre los síntomas que presenta una persona con síndrome confusional agudo se encuentran los siguientes:
- No conoce a las personas de su entorno o da muestras de desconfianza e irritabilidad sobre las mismas.
- No sabe dónde está.
- La persona no se puede quedar quieta.
- El paciente está más somnoliento que de costumbre.
- Alternancia de ratos de somnolencia con agitación.
- Ve y oye cosas que no son reales.
- Puede no entender cosas que se le explican.
La confusión, por tanto, es el síntoma más evidente, si bien los jóvenes suelen mostrarse por lo general más agitados, las personas mayores tienden a callarse y retraerse, por lo que en estos casos puede ser más difícil reconocer el delírium. Este síndrome puede llegar a confundirse también, en algunos casos con cuadros que presenten unas características clínicas similares, la duda más habitual se presenta con la demencia o incluso con psicosis o depresión.
La prevención hospitalaria es esencial para la buena salud del paciente, a lo que hay que añadir que la colaboración de la familia es fundamental, por ello el acompañamiento de un familiar durante el tiempo que dure la hospitalización de la persona mayor es muy conveniente para aportarle tranquilidad y seguridad. Además de
- Explicarle claramente donde está y qué le ha pasado, utilizando palabras claras y sencillas, así como un tono tranquilo y suave.
- Hablar con el paciente, mantener conversaciones, leer algún libro, revista, jugar a las cartas… para mantenerle activo mentalmente, entretenido y orientado.
- Una rápida movilización procurando que esté encamado el menor tiempo posible, animando al paciente a moverse dando pequeños paseos o solicitando la intervención de un fisioterapeuta cuando se estime necesario.
- Minimizar las interrupciones y ruidos por la noche, a fin de que descanse y tenga un sueño reparador.
- Asegurarse que come y bebe lo suficiente, así como controlar su ritmo de vesícula e intestino.
- Colocar un calendario y reloj en la habitación con la idea de que se mantenga orientado. Así mismo deben mantenerse las medidas correctoras que utilice asiduamente como gafas, audífonos…
La movilidad en la tercera edad
La falta de movilidad es una de las principales y grandes limitaciones con la que se encuentran las personas mayores, unas veces como consecuencia de una enfermedad y otras veces simplemente por adoptar una actitud de comodidad y abandono, entendiendo por tal la incapacidad o disminución de las facultades para realizar las actividades de su vida diaria debido a un deterioro de sus funciones motoras, lo que puede originar pérdida de la fuerza y masa muscular, dificultad para mantener el equilibrio o caídas por pérdida de la estabilidad.
Importante, en estos casos es facilitar el movimiento y accesibilidad del anciano a espacios como el baño y es que, aunque no lo creáis, muchos mayores tienen complicado ducharse porque todavía tienen bañeras en casa y no se dan subido. Por ello, uno de los consejos que os damos es que cambiéis la bañera por un plato de ducha, lo cual será mucho más cómodo para la persona. Del mismo modo, esta obra os puede valer para darle una vuelta a la decoración y optar por cambiar los azulejos del baño. En este sentido, nosotros os recomendamos que visitéis Cerámica a mano alzada, donde encontraréis la mejor cerámica para decorar vuestro baño al mejor precio y es que todos sabemos que cambiar una bañera por una ducha es una obra cara, pero no por ello podemos dejar que quede feo el baño, por lo que ellos os ofrecerán la mejor cerámica al precio más competitivo.