Seguro que habéis escuchado a muchos profesionales hablar en incontables ocasiones acerca de los beneficios que trae la práctica deportiva para el cuerpo y la mente humanas. Lo cierto es que ésta no es una cuestión baladí: el deporte ayuda a mucha gente a mantenerse sana y a conservar una dosis importante de autoestima, una autoestima que es fundamental para una ingente cantidad de situaciones que surgen a lo largo de la vida.
El deporte español por antonomasia es el fútbol. Es el más conocido y disputado, con un alto número de fichas deportivas y otra tanta cantidad de gente que lo juega sin haberse federado. Al ser un deporte colectivo, fomenta aspectos como la integración, la amistad y el compañerismo. Y es que el fútbol es mucho más que Barcelona y Real Madrid.
Aspectos como los que he descrito han sido fundamentales para mí a lo largo de mi vida. Hace diez años, a causa del cambio de trabajo de mi padre, me vi obligado a abandonar mi municipio natal por una gran ciudad como Madrid. Esto provocaba en mi la aparición de un gran miedo. Pensaba que me sería difícil encontrar amigos y que los que consiguiera hacer no serían ni mucho menos tan importantes como los que dejaba atrás.
Hasta entonces no me había interesado por el fútbol. Pero fue en Madrid cuando comencé a sentir interés y a practicarlo. Lo primero que tenía que hacer era comprarme la ropa adecuada para ello. Aunque tenía un sinfín de tiendas para hacerlo, decidí tomármelo con calma y así comparar entre varios sitios. Finalmente, me decanté por comprar todo a través de www.marianssport.com, una web en la que encontré todo lo que necesitaba: unas botas con tacos, espinilleras, un balón y la joya de la corona, la equipación de la selección española.
Después de varios partidos con gente que conocí a través de Internet, comprendí que había acertado con todo. Las botas de tacos y las espinilleras me permitían jugar con comodidad y seguridad, mientras que la equipación de España se convirtió en mi conjunto de ropa preferido.
Además, para integrarme el fútbol fue clave. Empecé a quedar con esos chavales para salir por la ciudad y gracias a eso pude conocer todavía a más gente y empezar a disfrutar de mi vida en Madrid, todo un descubrimiento para un chaval que acababa de llegar y que descubría un mundo totalmente desconocido. Volví a confiar en mí mismo, recuperé mis ansias por comerme el mundo y me quité de encima ese miedo con el que había ido a vivir allí.
El fútbol, fenómeno de masas en España
Cuando decía que el fútbol es el deporte por antonomasia en España me quedaba hasta corto. El balompié es todo un fenómeno social en nuestro país, capaz de sacar a la gente a la calle en masa y de mover una cantidad ingente de dinero. No en vano, el fútbol genera un total de 7.600 millones de euros cada año aquí, una cifra que supone el 0’75% del Producto Interior Bruto y que seguirá subiendo en los próximos años.
De esos 7.600 millones que comentaba una parte importante proviene del gasto directo que realizan los aficionados y las empresas, grupo en el que podemos incluirnos cuando compramos ropa asociada a un club, como camisetas o pantalones. Junto con otros elementos como la inversión publicitaria, este grupo eleva su volumen de dinero hasta los 3.600 millones de euros, prácticamente la mitad del total de dinero movido por el fútbol en España.
Y es que este es un deporte magnífico. A veces es severamente criticado a causa de todo lo que es capaz de remover y también a causa de su conversión en un absoluto modelo de negocio. Los amantes del fútbol antiguo argumentan que el dinero ha sustituido valores tradicionales como los que comentaba antes: compañerismo, amistad, etcétera. Lo cierto es que esos valores siguen existiendo, aunque por desgracia parecen estar alejados de la élite. El mío es un buen ejemplo de ello.