Muchas personas solemos pensar, de manera equivocada, que todo lo referente a cualquier tipo de educación tiene como destinatarias a las personas más jóvenes, que se encuentran desarrollando sus estudios o que acabar de incorporarse al mercado laboral. Sin embargo, el término “educación” engloba algo que es mucho más grande que todo lo que acabo de comentar.
Con “educación” deberíamos referirnos a todas las personas que conforman la sociedad. Todos tenemos siempre algo que aprender. Por muy experimentados que seamos o por muchos conocimientos que hayamos aprendido durante nuestra vida, siempre habrá algo que desconozcamos y que sea imprescindible saber. Y sí, esto también es válido para las personas mayores.
Este sector de la población, el de los ancianos, necesita estar adquiriendo conocimientos continuamente para mantenerse ocupado y tener la cabeza en funcionamiento. Es imprescindible que, además, parte de esos conocimientos tengan que ver con la psicología, pues es un segmento que padece bastantes problemas en este campo, especialmente ocasionados por la pérdida de capacidades físicas, la soledad o la sensación de abatimiento.
Este fue el motivo por el cual decidí, el año pasado, escribir un libro de autoayuda psicológica para personas de la tercera edad. En él describí y recomendé utilizar diferentes técnicas de autoayuda que facilitaran la vida y la felicidad a personas de una edad avanzada y que pudiesen padecer cualquiera de los problemas descritos anteriormente.
Cuando tuve el libro terminado, llegaba el proceso que me resulta más complicado: el de encontrar una editorial en la que se pudiese confiar para que se publicara. He tenido algunos problemas con mis anteriores publicaciones, por lo que para la publicación de este trabajo estaba decidido a buscar la mejor editorial y que ésta estuviera especializada en publicaciones en materia educativa.
Por eso comencé a mirar en diferentes sitios. Quería algo por lo que no me costara demasiado dinero que mi libro viera la luz, cuestión esta que veía cada vez más complicada teniendo en cuenta mis experiencias anteriores. Sin embargo, en www.edicionesaljibe.com, que era además una editorial especializada en temas como la pedagogía, la educación social o la psicología, encontré unas condiciones que eran las ideales para lo que estaba buscando.
Concerté una cita con los responsables de la editorial para presentarles mi libro y comentarles las diferentes aportaciones que había vertido en él. Desde el primer momento se interesaron por la temática y comentaron que a la editorial le gustaba dar publicidad a publicaciones como aquella. Llegamos a un acuerdo y conseguí que mi libro fuese publicado a un precio muy coherente y con todas las facilidades posibles.
Una de tantas maneras de ayudar a los ancianos
La mía es una manera de apoyar a los ancianos y de hacer más llevadera y feliz su rutina. Que puedan recibir consejos desde las líneas de un libro es fundamental, pero supone una de las mejores ayudas que les podemos brindar a nuestros mayores. Sin embargo, no es la única. En esta guía para cuidadores y familiares se puede obtener información acerca de numerosas maneras de contribuir a un mejor cuidado de los ancianos y por tanto contribuir a su felicidad.
En esa guía hay aspectos comunes a los que se observan en mi publicación, como las claves para lograr una comunicación eficaz con todos nuestros familiares, cómo conseguir que la persona mayor conserve cierta independencia y libertad de acción y qué hacer para lograr que su autoestima se mantenga elevada, evitando de todas las maneras posibles la aparición de periodos depresivos. Todo ello constituye una labor social tremendamente importante, sin la cual la vida de nuestros mayores sería más desgraciada. Para evitarlo y para garantizar su mayor comodidad debe haber una ciencia detrás. Y para la difusión de esa ciencia son muy importantes los libros de autoayuda.