Cuando empiezas a padecer determinados síntomas como son los ataques de ansiedad, la hipertensión, dolores de cabeza, dolores de cabeza y muchos estados de estrés empiezas a ser consciente de que algo no va bien.
Vivimos en una sociedad que va a un ritmo irrefrenable, donde existe una alta exigencia por conseguir éxito profesional y material y, en muchas ocasiones, esto pasa factura al desatendernos a nosotros mismos, y nuestro tiempo para reflexionar y tomar conciencia de las situaciones que nos pueden estar estresando.
Por ello, es tan importante prestar atención a todos y cada uno de los síntomas que nos indican que debemos tomarnos un tiempo para descansar y reflexionar, de modo que podamos observar con más calma las situaciones y podamos encontrar una solución que sea útil física, mental y emocionalmente.
Después de pasar una temporada con estos síntomas de estrés tuve la suerte de que una amiga me regalara una estancia para pasar un tiempo de relajación en Sevilla en Mercer Hoteles, ella pensó que un tiempo a solas podía ayudarme a tomar más conciencia de lo que me estaba ocurriendo.
Mi estancia en uno de sus hoteles fue una de las claves de empezar a tomarme más en serio mi salud, los hoteles de esta casa se caracterizan por su enorme calidad, son hoteles de lujo. Su hotel de Sevilla se encuentra en el centro histórico de la ciudad cerca de la Plaza Nueva y junto a la emblemática Plaza de Toros de la Maestranza.
Lo que más me ayudó a recuperarme fue la terraza del hotel, su terraza se encuentra en la azotea y es un espacio único en la ciudad para relajarse con vistas a las orillas del Guadalquivir.
Fue en esa terraza donde, por primera vez en mucho tiempo, empecé a sentirme en calma. Por primera vez empecé a hacerme consciente de lo mal que había hecho muchas cosas y, aunque en mi profesión había alcanzado todos mis objetivos, había desatendido mi bienestar personal.
Después de aquel fin de semana de respiro, decidí empezar a dedicarme más tiempo y a conocer técnicas que me ayudaran a relajarme.
Técnicas de Relajación
Con el tiempo me he dado cuenta de que no todas las técnicas son igual de efectivas para todos a la hora de relajarnos, y que conlleva un gran trabajo personal detectar cuáles son las técnicas más apropiadas para el bienestar de cada uno, pero, sin duda, merece mucho la pena dedicar el tiempo necesario a descubrirlas.
Una técnica muy sencilla que suele ser efectiva para muchas personas es la respiración. Una buena forma de relajarse consiste en respirar suavemente, con pausas, para liberar esa energía que se está acumulando de forma negativa. También podemos recurrir a la imaginación en este tipo de situaciones, podemos imaginar un paisaje que nos ayude a relajarnos. Son formas sencillas para relajarnos que suelen funcionar en la mayoría de los casos.
Otra de las técnicas de relajación se relaciona con las zonas del cuello y la espalda, que son las zonas donde se acumula más estrés y tensión, por ello al hacer masajes circulares se consiguen buenos efectos de relajación.
Las caminatas reflexivas en entornos naturales, caminatas donde disfrutemos de cada paso y del paisaje son otra buena forma de liberar fatiga y estrés y transmitirnos paz, serenidad y tranquilidad.
La Aromaterapia es otra de las técnicas que suelen funcionar para conseguir estados de bienestar y tranquilidad, mediante masajes circulares con diferentes esencias aromáticas de nuestro agrado como las fragancias de flores o hierbas aromáticas.
La música también puede ayudarnos a encontrar esa ansiada calma, escuchando una canción o sonidos relajantes.
Otra de las formas, quizás una de las más interesantes, es la meditación. Si bien, esta técnica requiere de cierto entrenamiento, es una forma de silenciar los pensamientos e inducir estados de conciencia que promueven la energía positiva y el bienestar.
Empecé a notar todos los beneficios de esta búsqueda por más momentos de calma y quietud. Quería conseguir esa sensación de bienestar que había sentido en la terraza del hotel, sabía que era una sensación que estaba en mí, una sensación disponible trabajando las técnicas necesarias para ello.
Las caminatas y la meditación fueron las dos técnicas de relajación que mejor me estaban funcionando.
Al estar más relajada empecé a sentirme más fuerte y a tomar mejores decisiones, no me cabía duda de los múltiples beneficios que vienen aparejados con un estado más tranquilo y relajado, mis relaciones personales también mejoraron y empecé a ser más asertiva y valorar mucho más mi tiempo, mi tiempo para estar a solas y tomar conciencia.